Cada evento exitoso tiene un propósito o misión principal, acompañado de metas y objetivos, que son las medidas del éxito. Comprender el propósito / misión del evento conduce a una buena planificación y una asignación adecuada de recursos (tiempo y dinero).

El lugar o tipo de evento y su ubicación es vital para el éxito. Debe haber una conexión entre la causa que defiende la organización, el lugar elegido y la comunidad a la que se sirve. Esto incluye todo, desde el tipo de evento, el espacio y el diseño del evento, así como la conveniencia y adecuación de la ubicación en relación con la comunidad atendida por la organización.

En un evento especial debe haber un momento que atrape a la audiencia y haga que cada persona sea consciente de la causa que se respalda, la importancia de la organización en la comunidad y, sobre todo, la importancia de la contribución de los asistentes. Al crear un momento emocional unificador para conectar a todos, el evento tendrá un significado más allá del tiempo y el lugar en el que se presenta.

A menos que el evento sea una gran inauguración o un evento realmente especial que no se repita, debe diseñarse teniendo en mente la repetibilidad y capacidad de expansión. Esto no significa que una fiesta íntima para cien personas deba considerarse una fiesta de gala para cientos de personas. Significa, sin embargo, que pensar a largo plazo, entender cómo crecerá y crecerá con el tiempo, es importante desde